Rolando Álvarez Lagos: Obispo de la arquidiócesis de Matagalpa |
La filtración de la reciente lista de precandidaturas a diputaciones despertó una reacción ambivalente: por un lado, fue rechazada por un sector de la población que desconfía de cualquier comportamiento político, lo cual es absolutamente comprensible dada la tradición del país en este asunto.
Por el otro lado, están quienes aprueban el proceso interno de selección que se está llevando a cabo, el cual es apenas un procedimiento primario que será posteriormente sometido a un escrutinio entre las demás propuestas hechas por las otras agrupaciones políticas que integran el bloque opositor.
Aún tomando en cuenta el incierto panorama electoral, donde el régimen continúa sin dar señales de hacer las reformadas pertinentes recomendadas por la comunidad internacional, es imprescindible la organización política en las estructuras de la oposición ya que, de darse unos eventuales comicios, sería irresponsable ir a éstos sin la debida conformación de candidaturas.
Habiendo aclarado en resumen este asunto
controversial, cabe detenerse a observar la actitud del obispo de la diócesis
de Matagalpa, quien hasta entonces no había reaccionado con tanta vehemencia
con relación a la oposición.
Se trata de una notable personalidad en la política
del país, ganando mayor simpatía a raíz del inicio de la rebelión cívica de
abril. Por tanto, es muy poco probable, que precisamente dicho obispo
desconozca el porqué de tal lista. La interpelación que en su discurso le hace
a la UNAB tiene un toque incluso perverso, pues toca la herida abierta que la
población tiene producto de los asesinatos; encarcelamientos y persecuciones
desatadas por la dictadura ortega-murillo.
Tomando en cuenta que la sociedad nica está
peligrosamente atada a la religión, se sigue creyendo que la palabra de un cura
es infalible y que su persona no puede estar sujeta a cuestionamiento alguno.
Una idea que se contrapone por completo a la idea de tener un país libre y
democrático.
Sin duda, tal modo de pensar es explotado por la
jerarquía católica, la cual ha venido ganando más simpatía a raíz de su
"empatía" con las demandas de una población diezmada por los
intereses atroces del actual régimen.
Para dilucidar mejor este escenario, es válido
detenerse a responder las interrogantes: ¿A los intereses de la iglesia católica
le es indiferente que el FSLN continúe en el poder? ¿Por qué El Vaticano no ha
definido su posición de cara a la crisis del país?
Es de sobra sabido que una de las prácticas
características del régimen, desde que éste asumió el poder, ha sido manipular
a la población a través del recurso más efectivo: sus creencias. La pírrica
laicidad estatal quedó extinta una vez que el frente sandinista retornó al
gobierno en el 2007. Las directrices que murillo le dicta a los funcionarios de
ortega, reflejan la coexistencia de una dictadura con las iglesias, pero en
especial, las evangélicas, las cuales cada vez ganan más adeptos entre la
población nica.
No es casualidad que los líderes evangélicos que colaboran con la tiranía ortega-murillo son los que tienen mayor número de feligreses. Entre ellos figuran Agusto Marenco: pastor del Ministerio Apostolar Centro Cristiano, Omar Duarte: de la iglesia Ríos de Agua Viva, Guillermo Osorno: propietario de Enlace Canal 21, el difunto José Ovidio Balladares: de los Ministerios Restauración y Fraternidad Cristiana Bethel y la familia Spencer: pastores de Hosanna.
2018: la pareja dictatorial extendiéndole personalmente la ciudadanía nicaragüense al pastor de Hosanna, David Spencer . |
Ciertamente comparten el discurso machista; homofóbico y misógino de la iglesia católica, con algunos matices que para la religión que se ha impuesto aquí por siglos representa un grave peligro:
1) Apego fundamental y exclusivo a lo que
interpretan de la biblia como único recurso de conocimiento, desconociendo toda
institución canónica. A la iglesia católica la ven como una religión pagana que
posee una feligresía pendiente de convertir.
2) Los practicantes católicos son una ínfima cifra
del total de la población que formalmente se hace llamar como tal, mientras que
los evangélicos que así se denominan, sí ejercen una labor activa en sus
agrupaciones religiosas, la cual gira en torno al reclutamiento del mayor
número de adeptos. En otras palabras, sacar a más católicos de su religión.
De esta forma la iglesia católica se ve cada día más desplazada, amenazando no sólo sus privilegios, sino su continuidad misma en el país. Ante tal pérdida de protagonismo, la insurrección de abril representó una oportunidad estupenda para recuperar su cada vez más debilitado liderazgo político y social. Al amparo de la idea de una nueva Nicaragua, el clero se viene proyectando la conformación de un gobierno que garantice su posicionamiento en la política nicaragüense, así como la obediencia a sus intereses.
Por tanto, ideas como la laicidad estatal; la
despenalización del aborto y el reconocimiento de derechos para las disidencias
sexuales, deben ser embestidas por las corrientes de ultraderecha que
representan a los preceptos de la jerarquía católica.
Por ello que algunos nicaragüenses neofascistas rechazan las propuestas de postulaciones para las candidaturas parlamentarias, alegando que éstas están compuestas de acuerdo con la agenda feminista y LBGTIQ+. Ese rechazo va de la mano con la casi inmediata reacción del Obispo Álvarez, quien no ha tenido la misma beligerancia para increpar al nuncio por su silencio complaciente con el régimen.
Por otra parte, está la renuencia del papa a definir su posición respecto al panorama político en la región ¿Será que don Francisco espera quedar bien esté quién esté? Cabe recordar que dicho papa acostumbra a referirse a medias tintas, a dejar posturas ambivalentes que le permiten determinar oportunamente con quien quedar mejor antes de definir sus percepciones. Todo esto sin mencionar su pasado, el cual lo acusa de haber callado ante los crímenes cometidos por la dictadura militar en Argentina.
El hecho es que la iglesia católica, fuera de su
discurso, mantiene una actitud hostil ante lo que pueda sugerir cambios en
favor de las libertades y la pluralidad. Su molestia no es con la forma
tiránica en que el régimen ortega-murillo ejerce el control del Estado, sino
que no es la que está siendo mayormente favorecida.
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