Las persecuciones a cualquier actividad que el régimen
ortega-murillo considere una amenaza aparentemente están lejos de cesar. La
represión no ha parado ni un solo día, quedando los derechos fundamentales como
la libertad de expresión y movilización vulnerados de la manera más grotesca
vista en las últimas décadas.
Pensar que un grupo de personas va a poder reunirse en
un lugar céntrico para abordar la tan perseguida temática, parece un sueño
inalcanzable y un eminente peligro ante la realidad que el país vive.
Ante tanta hostilidad estatal y un pasado que nos
recuerda las prácticas desleales de las élites políticas, resulta curiosa la
dinámica en que los grupos que integran la extinta Alianza Cívica y que en la
actualidad delegan su participación política al partido Ciudadanos por la
Libertad (CxL), puedan festejar una campaña electoral de la forma en que todas
y todos nos merecemos.
En la reciente conmemoración del tercer aniversario de
la organización juvenil Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), se pudo ver
el desborde de un buen patrocinio económico, en el que la mano del gran capital
nicaragüense y ex socio de la dinastía ortega murillo estuvo implícitamente
presente.
Por tanto, es de sobra sabido que el bloque que ahora
maneja el virtual partido de oposición (CxL) se sostiene por el capital que aporta
la oligarquía que conforma al COSEP. No obstante, llama seriamente la atención
el discurso de los integrantes de dicha organización juvenil, no en sus
alocuciones trilladas y carentes de práctica, sino en el llamado que hacen de
ir a votar.
Con las recientes reformas que el régimen promulgó, prácticamente
imposibilita la realización de los esperados comicios. Esto generó un rechazo
popular, llegando a un consenso colectivo entre las agrupaciones opositoras y
sociales acerca de la inexistente voluntad de la dictadura de convocar a un
proceso electoral verdadero.
Con las declaraciones hechas por Max Jerez, presidente
de la agrupación juvenil, se dilucida la voluntad de esta alianza y las cosas
van cayendo por su propio peso, pues en pocas palabras, están preparando el
terreno de cara a la población para participar ante unos ficticios comicios, hechos
a la medida de ortega y murillo.
No es de extrañarse si doña Kitty, desempolva el
argumento de ir al circo de noviembre “para que no les quiten su casilla y
personería jurídica”, de la manera en que lo hace el PLC, partido conservador y
demás criaturas de la creación de El Carmen.
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